sábado, 7 de febrero de 2009

Las mil y una noches... en vela


“Dicen que a través de las palabras, el dolor se hace más tangible. Que podemos mirarlo como a una criatura oscura. Tanto más ajena a nosotros cuanto más cerca la sentimos. Si uno de estos pequeños granitos enferma, el resto del organismo enferma también. Pero yo siempre he creído que el dolor que no encuentra palabras para ser expresado es el más cruel, más hondo… el más injusto. Pasé mi vida amando a una mujer que amaba a otro que no la amaba sino que amaba a otra de la que nunca supo si la correspondía. Era un tiempo en el que miraba al futuro con más esperanza que miedo” [Isabel Coixet]
Como un barco solitario, de esos que navegan sin dirección alguna, y son víctimas de las olas y las tormentas, o tal vez, como esos perros que andan solos en las calles, sucios, hambrientos, que se acercan a cualquier mano con algo de esperanza. Caminaba. Solo caminaba al sentirme sola y triste porque ese 'algo' se había ido de mí. No sé quien dijo que hay cárceles de las que cuesta salir, sobre todo aquellas cuyos barrotes están hechos de nuestros miedos… Pero eso era antes.
En noches como estás (una y mil más) me planteo si hay alguna parte de mi cuerpo que no duela… Y llego a la conclusión de que, al menos, se ha conectado a mí, a mis sentidos y a mis emociones, enviando música a mi alma y entendiendo un mensaje subliminal en ella. Mensaje que, a mi parecer, solo escuchan las almas que desean un sentir de esos que tienen sabor a pasión.



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3 comentarios:

Imaginères dijo...

María. Qué envidia de sentir :_)

Una flor por un favor dijo...

El dolor. Qué cosa mas fea es el dolor!
Pero a veces es inevitable,no somos de madera.

Un beso muy grande!

incompleta dijo...

Duele sentir y que no te salga la voz, gritas y gritas pero no llegas a alcanzarlo...y lo lanzas con los ojos, con las manos, con el alma...y te reconforta darte cuenta, que hay alguien ahí, escuchando tu mutismo.
Un abrazo a gritos.