domingo, 18 de octubre de 2009

destino...

Matamos lo que amamos. Lo demás
no ha estado vivo nunca.
Ninguno está tan cerca. A ningún otro hiere
un olvido, una ausencia, a veces menos.
Matamos lo que amamos.
¡Que cese ya esta asfixia
de respirar con un pulmón ajeno!
El aire no es bastante
para los dos. Y no basta la tierra
para los cuerpos juntos
y la ración de la esperanza es poca
y el dolor no se puede compartir.
El hombre es animal de soledades,
ciervo con una flecha en el ijar
que huye y se desangra.


Rosario Castellanos

domingo, 11 de octubre de 2009

"spirit of adventure"


¿Quieres que te diga lo que es la vida para mí? Puedo decir que he vivido en una prisión durante todos estos años, aunque no haya tenido que dormir en un jergón de paja. La vida es plenitud. La vida es cuando dos personas se encuentran porque tienen algo en común, porque tienen que ver el uno con el otro, como la lluvia que cae sobre el mar y vuelve a renacer con él. Y esa plenitud crea algo, crea la armonía, y esa armonía es la vida. Sucede pocas veces entre los seres humanos...

Tendré que enterarme de por qué huyes de los sentimientos y de la felicidad. Y cuando al fin conozca tu secreto, tendré que enseñarte ese triste saber, no con palabras, no diciéndotelo, porque un saber transmitido así provoca temor y no ayuda... Las palabras, aunque sean exactas, sólo mencionan y desvelan los secretos, no los resuelven, y tú seguramente lo sabes bien.

Tendré que enterarme de qué es lo que tanto deseas que no te atreves a confesártelo ni siquiera a ti misma, y luego tendré que callar ese secreto delante de ti, porque mis palabras sólo conseguirían herirte... por eso tendré que callar y guardar tu secreto en mi corazón.... Pero sólo tú podrás revelar con palabras tu secreto. Yo no podré hacer otra cosa más que esperar, atender, enterarme, y luego transmitirte sin palabras ese saber y ese secreto, con todo mi ser, con mi alma, con mi callar, con mi manera de comportarme. Eso es lo que tengo que hacer porque te quiero. Y por eso tú tienes miedo, por eso tienes miedo de la vida y de la plenitud, porque ni del suplicio ni de la horca siente una tanto miedo como de sí misma, como del secreto que no se atreve ni a afrontar.

No te digo "estoy aquí, llévame contigo", porque esas palabras son absurdas. Pero has de saber que, aunque no me lleves contigo ahora, yo seguiré esperándote, eternamente y en secreto, hasta que vuelvas a acordarte de mí... No necesito jurarlo ni prometerlo porque conozco mi realidad.

Tendrás que quitarte muchas máscaras hasta que yo pueda ver y conocer tu auténtico rostro. Pero sé con certeza que en algún lugar remoto, muy remoto, vive ese rostro tuyo que yo llegaré a ver un día.

Yo no entiendo el orden de las cosas humanas, y tan sólo empiezo a darme cuenta de que nada de lo que es importante e inmutable ocurre por casualidad, y también que en el interior de todos nosotros, en lo más hondo, hay una mezcla de sentimientos y deseos, de disfraces y papeles, y que hay momentos en que la vida juega con nosotros y tergiversa ligeramente lo que creíamos definitivo e inmutable.

...Mira el fuego, intenta decirnos algo. Quizá intente decirnos que es preciso quemarse y destruirse en una pasión, renacer en un sentimiento, porque eso es la plenitud y la vida.



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