jueves, 30 de julio de 2009

¿despegarme?



Abro los ojos. No quiero correr. Basta de prisas. Mis manos se vuelven del color de la tierra, y huelen a áspero. Camino en línea recta por mi mente sin llegar a ningún lado, y me asfixio. Tengo asma en mi corazón de nuevo y no se si mis pulmones aguantarán otro día más de tormenta, de inestabilidad: sin inhalador. Pero tengo esperanza de llorar como un bebé; de sentir un pequeño gesto de vida en medio de tanto caos.
Voy a frenar en seco después de acelerar demasiado, aunque sea con los recuerdos colgados del nudo de la garganta.
Y mientras tanto a ti se te escurre todo por los poros de la piel, se te sale por las manos, por los ojos, por la cara. Chorreas tristeza y tus ojitos están hundidos en cataratas diminutas y yo no puedo evitar intentar nadear en ellos, para que su caudal deje de crecer.


Pero no lo consigo.



miércoles, 22 de julio de 2009

La vida tiene estas cosas (...)


"Por las noches, para no ver, enciendo la luz..."

Y es que cada vez hay menos que ver. O mejor dicho, menos que quiera ver, porque nada me merece la pena. Solo encuentro cosas borrosas y gente pobre. Pobre porque no tienen silencios, porque no saben no perder el tiempo, porque hacen como que saben hablar. Me siento fuera del mundo que transpira 'ascos' por todos sus poros. Ascos para mí, claro, porque el resto del mundo tiene la luz apagada las 24 horas del día. Ya no es necesario que los fines justifiquen los medios.
Y podría seguir y seguir y seguir. Pero ya estoy cansada hasta de eso.

Me salva morirme en las risas, esperar en las aduanas, y dormir en el deseo, con mi corazón lleno de charcos...

lunes, 6 de julio de 2009

paso nº 1


Quiero volver a sentir aquello. Quiero volver a no hacer nada y poder mirar la electricidad de tus ojos cuando lo necesite, aunque me digas que no es bueno. Quiero pasar calor por el día y por la noche, y fumar hasta desencajar la mandíbula. Quiero volver a beber bidones y bidones de coca-coliki.
Quiero volver a sentarme a vuestro lado, y escucharos conversar. Quiero volver a saber lo que pensáis de la vida, de los días, de los sentimientos, de las sensaciones. Quiero volver a escucharte hablar en sueños, para descubrir que es lo que te recorre realmente. Volver a no dormir bajo las estrellas, y escuchar el silencio de la nada.
Quiero volver a pensarte en el momento que entre por mis oídos un “ojalá nunca cambie esa forma que tienes de estar en el mundo”. Quiero despertar molestada por la luz tenue de la luna y no parar de buscar formas nuevas uniendo estrellas.
Quiero que me dejes sin palabras riéndonos del salto del castor plateado, y necesito volver a escuchar tonterías sacadas de contexto a las 3 de la mañana, a las 4 de la tarde y a las 10 de la noche, y esperar una y otra vez el “apunta”.
Quiero una mano sin dueño, un instante sin miedo, una fotografía para recordar. Una luz a las 6 de la mañana que te despierte y te de igual, porque vuelves a amanecer allí.
No quiero desintoxicación. Quiero volver y morir de sobredosis de miradas, gestos, palabras y silencios.
Quiero volver a tener la sensación de estar un poco más llena y olvidarme de estar un poco menos vacía.
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