Hoy te siento agotada. Hoy siento como algo que no me gusta invade tus huesos, y yo ya no se si realmente estoy donde debo.
Y es que he aprendido tanto que en vez de mirar para el cielo, me he puesto a medir el suelo que me tocaba andar, y he dejado de seguir al rebaño, porque ni el pastor ni el amo eran gente de fiar. Como aquel que calla, otorga… la ignorancia sigue siendo sorda. Intentaré levantar la voz, más fuerte que los ladríos de los perros consentíos y que la voz del pastor. Y sí, que a cada segundo más me aparto del rebaño…. porque no sé adonde va.
Que no se como contarte que me tiraría la noche desenterrando sueños por ti, que no se como conseguir que si se va todo a la mierda, pueda reírme entre los lamparones y que la humanidad entera mañana se muera y me dé igual.
Que peleándome con mi cabeza no me gana nadie, me falta cordura, y me sobra vinagre, que prefiero triscar en la hierba antes que rendirle cuentas al aire… ni a nadie.
Deja de buscar razones de piedra… que solo llegamos a barro y manchitas muy secas que dan que pensar, adoquines aún por pisar y pisotones dolorosos haciendo senderos. Creo que ahora con mis lágrimas no tengo bastante con lo que poder fumigar esos calendarios que tiran patrás, con los dedos amarillentos de tanto sentir, de tanto buscar alimento…
Hoy me quedo con el humo de mis pensamientos, tras la espesura del chaparrón, pero cerquita de ti, por favor.
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4 comentarios:
Bonita entrada......
Me encantó! qué texto mas lindo Mery.
Sin palabras, sin silencios...todo...nada...
muy lindo
pero deberias poner al que creó esos versos tan profundos: Kutxi Romero de Marea.
=)
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