miércoles, 29 de octubre de 2008

Si se callase el ruido.

No te dejará dormir este estrépito infinito, que intenta llenar los días de tinieblas y enemigos. Una estruendosa jauría se empeña en hacer callar las preguntas, los matices, el murmullo de ojalás. Ruido de patriotas que se envuelven en banderas, confunden la patria con la sordidez de sus cavernas. Ruido de conversos que, caídos del caballo, siembran su rencor perseguidos por sus pecados. Ruido de inquisidores, nos hablan de libertades agrietando con sus gritos su barniz de tolerantes. Nunca pisa la batalla tanto ruido de guerreros, traen de sus almenas la paz de los cementerios. Háblame de tus abrazos, de nuestro amor imperfecto, de la luz de tu utopía, que tu voz tape este estruendo.

Si se callase el ruido, oirías la lluvia caer, limpiando la ciudad de espectros, te oiría hablar en sueños y abriría las ventanas.


[I.S.]

lunes, 20 de octubre de 2008

llorar

" Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos. "



Julio Cortázar

jueves, 16 de octubre de 2008

No deja de llorar, no deja de añorar.

Pero intento resistir, aunque no puedo fingir. Falta tiempo para todo. Ocho horas para dormir, ocho más para cumplir, y ocho para lamentarme. No dejo de gritar, no me puedo callar, buscando esa ilusión que el tiempo me robo. Hasta que pierda la voz, gritando. Mientras que quede salud, luchando.


[eukz]

viernes, 10 de octubre de 2008

El confort no reconforta.


Macromultinacionales
multipoderosas,
multideprimentes,
multicapitales,
multipatriarcales,
multisiderales,
multicoloniales,
multimilitares,
multiexplotadoras,
multidictadoras,
multimiserables,
multipoliciales,
armadas hasta los dientes.


"¿¿Dios no existe o por impago le han cortao el cable??" Valen más las balas blancas que las vidas negras dentro del mercado y hoy en día, la comodidad debilita al más fuerte de los vivos. ¿Hasta cuando cultura nefasta, que aplasta en el metro y en tu casa? Amansa la conciencia, manipula y cansa la esperanza...

jueves, 9 de octubre de 2008

Seguiré caminando, seguiré esperando.

Para los que se dejan llevar. Para los indecisos, los enfermos y los desamparados. Para los que imponen a sus amigos de toda la vida sobre todo. Para los que simulan estar taaaaan locos y ser taaan guaays, que consiguen ser ridículos. Para los que ante un problema, huyen por miedo a que salga mal. Para los egoistas. Para los que todo les resvala, porque tienen su burbuja de cristal, y con eso les sobra. Para los cabezones. Para los amantes de los toros. Para los antitaurinos. Para los que hablan con esa seguridad de todo, que llega a ser ofensiva. Para los monarquicos, y para los republicanos. Para los enemigos de la burguesía, y para los partidarios de la clase rica y la aristocracia. Para los que ni tienen idea ni quieren tener, sobre política o sobre el mundo. Para los que se aferran a sus ideales sobre los de cualquiera.
Aprendamos a escuchar, y que no se nos olvide.


Para las mujeres sensibles, no hay misión imposible... recordad, chicas.

jueves, 2 de octubre de 2008

.Pensar.

Y ahora concentra tu energía y curiosidad y excitación en ver, oir, y sonreír hacia dentro, hacia el lugar de tu sosiego por haber podido ver y oír. Y no desistas todavía. Mira la vida y sonríe. Y no te preguntes para qué. Porque lo más extraordinario de ella es justamente no tener para qué. Saber el para qué es darle una finalidad conclusa, limitarla, cerrarle su exceso. Piensa que su absurdo es su mayor razón. No seas contabilista, utilitaristas burgués.